lunes, 6 de julio de 2015

CUANDO LA SUEGRA SE CONVIERTE EN ABUELA, EN EX SUEGRA Y EN MADRE

No puedo resistir en aprovechar mi blog para hacer unas reflexiones sobre la figura de algunas personas que hacen parte de mi mundo y me ayudan a conservar, muchas veces, la cordura.

He tenido una suegra que se transformó en ex suegra y que renació como la mejor de las madres cuando se murió la mía. He leído un articulo que os recomiendo leer :

Perdona pero perdona. De Risto Mejide

He retenido esta frase que me ha parecido clara como el agua: "El amor del bueno se demuestra sólo en tres momentos clave : en el fracaso, en la enfermedad y en el perdón"

Mi ex suegros nacieron en la post guerra y vivieron, como muchos españoles, toda la dictadura, después de haber venido, desde Andalucía, a vivir y trabajar en Cataluña.Trabajadores donde los allá han estado toda una vida para crear lo que yo llamaría la panacea de la felicidad. 


No conozco, ahora mismo, ningún lugar que represente tanta seguridad, sentido común, cariño, comprensión, dialogo, afecto, ternura, ayuda moral, sentido del humor, y perdón como la casa de los “yayos”.




El yayo, hombre callado y sabio, esta siempre dispuesto a dar consejos de valores que te recuerdan donde esta el camino, si te has extraviado. Lo que se podría tachar de rudeza no es otra cosa que un rigor vital para que : "no te pegues una ostia de mil demonios". Es como un faro en la tormenta, te alegras siempre de pensar que hay personas como el, que siempre están allí, siempre. Su ternura y sensibilidad han aflojado, últimamente, en su blog de poesía : http://galindonicolas.blogspot.com.es/





La yaya, lista, cariñosa, mujer al día, defensora de todas las opresiones, tiene una visión de la vida envidiable. Muchos tertuliantes de la tele les gustaría tener una visión tan amplia y sentido común, reforzado por un conocimiento a base de interés, como la yaya. Divertida hasta la saciedad, tiene una facilidad innata en dar la vuelta a los problemas del tamaño de un dinosaurio y convertirlos en pequeñeces igualable a una pulga. Nos quiere y se nota. No me atrevería, ni si quiera, a criticarme a mi misma sin recibir el regaño pertinente que empezaría por : "Oyes tu..."

  La yaya ayudándome en mi afición de
costura en rematar un vestido imperio.


Estoy muy feliz, orgullosa, agradecida y tranquila en saber que mi niños y mi sobrino tienen a los abuelos en sus vidas. Con ellos, estoy convencida, han recibido un gran ejemplo de humanidad y amor. Igual que yo.

Gracias yayos








3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gràcies Lluís i he tallat curt. Són una gent excepcional.

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  2. Muy bonito.Mari.
    Aqui estamos y
    estaremos siempre
    para lo bueno y para
    lo malo.Un abrazo
    de oso panda,
    te queremos.

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